Si hoy tuvieras la opción de aplicar a dos candidaturas igual valoradas económicamente y con las mismas condiciones, ¿crees que tu sexo inclinaría la balanza hacia una u otra opción?
Hoy, en pleno siglo XXI, todavía seguimos encontrándonos con una clara división en el ámbito laboral entre “trabajos típicos de hombres” y “trabajos típicos de mujeres”.
La perspectiva que nos da nuestra posición como formadores nos hace ver que la diferenciación es real. Cuando impartimos cursos teórico prácticos especializados en prevención de riesgos laborales enfocados al uso de maquinaria, trabajos en altura y de oficio, la mayor parte del alumnado que nos encontramos son hombres. Aunque también tenemos alumnas que realizan estos cursos, no es la tónica habitual.
Al contrastar nuestra premisa inicial con los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística, vemos que nuestra percepción se corresponde con la realidad. Podemos afirmar que efectivamente existe división del trabajo por sexos.
Entrando en el análisis del % de ocupados según la rama de actividad en el año 2020 (últimos datos publicados por el INE), una gran parte de la población ocupada trabaja en alguna de las ramas de actividad más polarizadas por razón de sexo. Por ejemplo, el 11% de los hombres trabaja en la construcción (frente al 1,2% de mujeres) y el 15,4% de las mujeres trabaja en actividades sanitarias y de servicios sociales (frente al 4% de hombres). Lo que pone en evidencia que mientras los hombres realizan trabajos físicos, las mujeres se dedican más a los cuidados.
Si analizásemos % de hombres y mujeres que trabajan en una misma rama de actividades vemos que las diferencias más acusadas las encontramos en la construcción y en actividades de los hogares.
A pesar de todo, está más que demostrado que cualquier persona puede desempeñar cualquier puesto de trabajo. Por tanto, dicha separación no se debe a causas funcionales determinadas por la biología, si no a causas culturales y a la gran barrera que supone entrar en un ámbito laboral con escasos referentes con quien verse identificado y apoyado. Especialmente si eres mujer y pretendes entrar en un trabajo donde el 90% son hombres y probablemente ese 10% restante de mujeres eres tú.
Apoyando a las mujeres y al feminismo apoyamos la igualdad en el entorno laboral y en todos los ámbitos de la vida en general. Que tu sexo no sea la razón por la que tomas tus decisiones, si no que estén basadas en tus preferencias personales. Porque el feminismo es precisamente eso, poder elegir libremente ser quién quieras ser, al margen de los prototipos, los prejuicios y las barreras de género.
Juntas por una igualdad real hoy y siempre.
Irene Castrillo Barbudo
Técnico PRL -Formadora e Instructora
Prevenfor Soluciones, SL